Tememos ir donde jamás hemos ido, hablar con quien nunca hemos hablado, comer lo que no hemos comido. Como instinto resulta bastante práctico: donde nunca hemos estado pueden vivir monstruos, con quien no hemos hablado puede ser un loco asesino y lo que jamás hemos comido podría ser venenoso y matarnos de forma lenta y dolorosa. Es lógico pensar, de hecho, que hay más asesinos que no conocemos que no de conocidos, por lo que todo parece tener cierto sentido.
Algunos pretendemos hacer frente a este miedo a lo desconocido con la innovación. La innovación consiste básicamente en agarrar algo que ya tenemos e introducir novedades. En ciertos casos estas novedades incluso pueden tener la intención de mejorar lo presente, pero ojo, ese no es su objetivo. La innovación es el simple elogio absoluto a la novedad: lo nuevo es mejor, lo viejo es malo; y es tan popular que damos premios a los innovadores, protegemos sus innovaciones e incluso recompensamos la mera intención de innovar.
Veo la innovación como la ascensión a una montaña. Estamos en una ladera y nos obsesionamos en subir; queremos llegar a la cima, que no hemos pisado nunca, pero su existencia es obvia, sabemos que está más arriba e incluso echando una buena mirada podemos ver pasos seguros por donde ir. En ese sentido la innovación es cómoda. Yo me pregunto ¿qué pasa con el resto de la sierra?, ¿y si hay montañas más altas?, ¿y si los paisajes son más bellos? ¿Nos da igual? Quizá lo que sucede es que sólo con pensar en esas otras montañas nos entra pánico: para llegar a ellas no debemos seguir subiendo, sino que nos toca renunciar a lo que ya tenemos y hacer algo que cada vez tiene menor popularidad: explorar.
Explorar significa olvidarnos de la maldita montaña en la que estamos seguros, bajar de ella e ir cruzando valles a por otra que no sabemos dónde está, ni si es más alta ni siquiera si realmente existe. Puede parecer una locura, y sí, por el camino nos podemos encontrar algún que otro monstruo, quizá incluso dragones. Pero ¿y qué? Yo digo que les plantemos cara y sigamos nuestro camino.